Ángel, un policía en su día libre, se montó en el metro como en cualquier otro día festivo. El policía estaba en el andén sentado y según el reloj quedaban cuatro minutos para que el tren llegara a la estación, pero en mi opinión fueron cuatro minutos que se hicieron eternos.
Todos estaban muy atentos en un señor de aproximadamente cuarenta años, se encontraba en el pasillo del otro lado de la vía y de repente... ocurrió, el hombre perdió el equilibrio y se aproximó al hueco de los raíles hasta que un segundo después tropezó y se calló, todo pasó muy rápido.
"Nadie hace nada... solo agitan las manos..." debió de pensar Ángel, hasta que de repente, hizo de tripas corazón y se lanzó a rescatar aquel señor, este casi había perdido el conocimiento y estaba muy aturdido, "Justo a tiempo" eso fue lo que dijo. Y así es porque unas milésimas de segundo después de conseguir que el hombre y él estuvieran a salvo paso el tren eso fue suerte más que otra cosa.
Lo que ocurrió después pasó muy rápido, en cuanto estuvieron a salvo junto a todas las personas llegaron las ayudas sanitarias y consiguieron reanimar al inconsciente señor, se lo llevaron al hospital, de donde salió en menos de un día y Ángel, el policía en su día libre se convirtió en un héroe, por lo menos en mi opinión lo es.
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